Bush, quien estaba en el poder cuando los ataques, llamó este sábado a los norteamericanos a unirse, como mismo lo hicieron luego del fatídico día.
En un discurso en la localidad de Shanksville, Pensilvania, donde cayó uno de los cuatros aviones lanzados por los terroristas contra objetivos estadounidenses, el exmandatario dijo estar preocupado ‘tanto por los extremistas violentos en el extranjero como los que están en casa’.
En las semanas y meses que siguieron a los ataques estaba orgulloso de dirigir a un pueblo impresionante, resistente y unido, pero esos días parecen lejanos, expresó el exgobernante en la ceremonia de homenaje a las víctimas, en la cual criticó la división política existente.
El expresidente Bush, quien luego de los ataques decidió invadir Afganistán y dio inicio así al conflicto bélico más largo de Estados Unidos, refrendó su decisión de enviar las tropas a la guerra, a pesar de que dos décadas después salieron de allí con miles de bajas, pérdidas económicas y sin derrotar al movimiento Talibán.
Por su parte, Trump fue el único de los exjefes de Estado vivos que este sábado se ausentó de las ceremonias de culto a los fallecidos y emitió un comunicado centrado en las críticas a la gestión de su sucesor en la salida de Afganistán, con lo cual alienta la fragmentación política.
Sin mencionar que fue su Gobierno el responsable del acuerdo firmado con el movimiento Talibán en Qatar, el magnate republicano manifestó que el actual jefe de la Casa Blanca, Joe Biden, y su inepta administración se rindieron en la derrota.
En la jornada de hoy Estados Unidos recuerda el vigésimo aniversario de los ataques terroristas que dejaron casi tres mil muertos.
Biden y otros predecesores en el cargo como Bill Clinton y Barack Obama se unieron a los familiares de las víctimas en esta jornada de homenajes, que comenzó con una ceremonia en la llamada Zona Cero de Nueva York.
Simultáneamente se realizaron actos conmemorativos similares en el Pentágono, aledaño a esta capital, y en un campo cerca de Shanksville, en Pensilvania, lugares también embestidos por otras aeronaves hace dos décadas.
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