La fraternidad es lo que necesitamos para promover una integración cada vez más necesaria, explicó el sumo pontífice quien cumple en esta jornada su segundo día de visita a este país.
El máximo representante de la iglesia católica, quien llegó aquí desde Hungría, pidió a los nacionales que la vocación a la fraternidad no desaparezca nunca de sus corazones, sino que acompañe siempre la ‘simpática autenticidad que los caracteriza’.
Durante el encuentro, en el que también habló la presidenta eslovaca, Zuzana Caputova, Francisco instó a emprender una seria lucha contra la corrupción y que ante todo se fomente e imponga la legalidad.
En otro momento de su visita a esta nación el papa propuso una Iglesia menos rígida y con mayor libertad.
Ante obispos y religiosos del país en la catedral de San Martín, en el centro histórico de Bratislava, habló acerca de la humildad para ‘no separarnos del mundo y no mirar la vida con desapego’, reseña la prensa nacional.
Eslovaquia es un país de 5,5 millones de habitantes, en el que el 62 por ciento profesa alguna religión, y aquí Francisco reflexionó con los líderes religiosos sobre no olvidar la necesidad de ‘compartir, caminar juntos y acoger las preguntas y las expectativas de las personas’.
Salgamos de la preocupación excesiva por nosotros mismos, por nuestras estructuras, por cómo nos mira la sociedad. Adentrémonos en cambio en la vida real de la gente, señaló.
Sin libertad no hay verdadera humanidad, afirmó el religioso, quien se refirió a la necesidad del ‘diálogo’ bajo la premisa de que ‘una Iglesia que se forma en la libertad interior y responsable (…) es también una Iglesia que sabe conversar con el mundo’.
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