Al llegar a su país natal, la llamada Reina del Salto Triple, lo primero que hizo fue pedir la bendición y darle un abrazo a su madre, mientras un mar de pueblo la esperaba orgulloso para darle la bienvenida.
‘Que alegría ver a tanta gente esperándome, Dios mío qué lindo, quiero pedirles un aplauso para toda Venezuela que ha estado muy pendiente de todos nosotros en cada rincón del mundo dándolo todo para dejar el nombre de nuestro país en alto’, expresó la deportista.
Rojas no pudo ocultar su felicidad de volver a la patria, de poder compartir con sus familiares, seres queridos y pueblo en general, quienes la recibieron a golpe de tambor y música.
Quería estar aquí con ustedes, traer esta medalla y este diamante que forman parte de mí, de todo el proceso y de toda esta lucha que hemos venido enfrentando desde hace mucho tiempo, señaló.
La campeona impuso un récord mundial de 15,67 metros para llevarse el oro en la prueba de salto triple de Tokio-2020 y el jueves pasado se llevó la Liga de Diamante en Zúrich, con 15,48 metros.
‘Este es el principio’, aseguró antes de subir a un ómnibus descubierto rotulado con el texto: ‘Yulimar Rojas, campeona olímpica, orgullo venezolano’ y una foto de ella con la bandera nacional tras la victoria en Japón, vestida con los colores patrios.
La atleta iba junto a su familia bailando, saludando, mostrando su medalla de oro y el trofeo de la Liga.
Afirmó que es un privilegio sentirse querida y ser inspiración para las niñas y remarcó que se siente feliz de ser venezolana.
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