Fasihuddin aseveró al canal de noticias afgano TOLO news que los fundamentalistas radicales islámicos trabajan en la formación de unas fuerzas armadas cuyo plan debe finalizar pronto.
Señaló asimismo que los soldados y oficiales del anterior gobierno serían reclutados para integrar dicho cuerpo armado.
‘Aquellos que recibieron formación y son profesionales deben ser utilizados’, añadió.
Recientemente, indicaron que llamarían a la antigua policía para mantener la seguridad de la ciudad de Kabul junto con las fuerzas talibanes.
Los muyahidines deberían tomar una decisión sobre el destino de los 300 mil miembros del ejército, dijo Shakorullah Sultani, un antiguo oficial.
Las declaraciones del jefe del Estado Mayor del Ejército del gobierno talibán se producen en medio de la preocupación por el destino del personal de seguridad, defensa e inteligencia del antiguo gobierno.
El movimiento talibán tomó Kabul el pasado 15 de agosto, tras una veloz ofensiva que halló poca o ninguna resistencia a su paso por una veintena de ciudades, mientras Estados Unidos y la OTAN sacaron sus tropas de Afganistán tras 20 años de ocupación.
Los combatientes radicales islámicos controlan un país más empobrecido, con 11 millones de refugiados, cinco millones de desplazados internos y la mayoría de la población al borde de la hambruna.
Por otro lado, muchos afganos temen el regreso del estricto régimen talibán, cuyo primer gobierno de 1996 a 2001 cometió numerosos abusos, sobre todo contra mujeres, niñas y minorías étnicas.
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