Las declaraciones de Mousavi revelaron la existencia de cooperación de terroristas kurdos con el Mossad (servicio israelí de Inteligencia) y respaldo de estadounidense para el atentado mortal.
La conspiración la urdieron con participación de integrantes de la base estadounidense de Harir, 50 kilómetros al norte de Erbil, la capital de la región autónoma iraquí del Kurdistán.
Con posterioridad, el presidente iraní, Ibrahim Raisi, advirtió a los jefes de esa región iraquí de la presencia de terroristas y confirmó que la república islámica mantiene vigilancia sobre esos grupos.
En días recientes, The New York Times divulgó detalles sobre el asesinato de Fakhrizadeh, para el cual los perpetradores recurrieron a un arma de alta tecnología, equipada con inteligencia artificial y operada vía satélite.
El periódico neoyorkino recalcó que el Mossad intentó matar al científico nuclear iraní durante los últimos 14 años hasta que lo logró en noviembre de 2020 con el uso de computación y robots. jcm/arc