Según la oficina gubernamental, en la semana concluida el 17 de septiembre las existencias de crudo mermaron en 3,5 millones de barriles y totalizaron 414 millones de barriles, cuando los analistas preveían una disminución de 2,4 millones de toneles.
Por su parte, los inventarios de gasolina aumentaron en 3,5 millones de barriles hasta los 221,6 millones de toneles, frente a la esperada baja de 1,1 millones de barriles.
Mientras, las reservas de destilados —que incluyen combustible para calefacción y diesel— perdieron 2,6 millones de barriles y se situaron en 129,3 millones de barriles, en tanto se pronosticaba un declive de 1,2 millones de toneles.
En ese periodo las importaciones netas de crudo en la nación norteña se incrementaron en 519 mil barriles por día.
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