Al intervenir este miércoles en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, el gobernante británico recalcó que el mundo se encuentra en un momento crucial en el que no se puede dar por sentado la salud del planeta, sino que es necesario tomar medidas urgentes para salvarlo.
Esta preciosa esfera azul con su corteza de cáscara de huevo y su soplo de atmósfera no es un juguete indestructible, aseveró Johnson, tras apuntar que no se puede seguir actuando como si alguien más vendrá a limpiar el desastre que estamos creando.
El primer ministro británico aseguró además que de no tomarse medidas concretas en la Conferencia sobre el Clima (COP26), a celebrarse en noviembre próximo en la ciudad escocesa de Glasgow, la raza humana estará en camino a la extinción.
Cada día, cada semana, hacemos un daño tan irreversible que en menos de un millón de años haremos este hermoso planeta inhabitable no solo para nosotros, sino para muchas otras especies, sentenció.
Johnson, quien en el pasado llegó a cuestionar que la actividad humana fuera responsable del cambio climático, exhortó al resto de los líderes del mundo a transformar sus economías para hacerlas más amigables con el medioambiente.
La lucha contra el cambio climático y el crecimiento económico no son excluyentes, sino vitales para el éxito del otro, afirmó el gobernante conservador, quien resaltó que en los últimos 30 años, el Producto Interno Bruto del Reino Unido creció en un 70 por ciento, al tiempo que redujo sus emisiones de carbono en un 44 por ciento.
Según Johnson, como parte de los compromisos que se esperan en la COP26, el mundo desarrollado debe eliminar el uso del carbón como fuente de energía para 2030, y mientras que el resto de los países debe hacer lo mismo para 2040.
También pidió acelerar la transición hacia los automóviles eléctricos y dejar de usar vehículos contaminadores a más tardar en 2035, y detener la deforestación para 2030.
Al igual que hizo en la mesa redonda sobre el clima que abrió el 76 periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU el lunes pasado, el primer ministro británico recordó que las naciones ricas deben aportar 100 mil millones de dólares anuales para ayudar a los países pobres a combatir el calentamiento global.
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