Durante una intervención en la sesión 76 de la Asamblea General de la ONU, el monarca jordano precisó que se trata de uno de los conflictos más antiguos de la historia moderna y requiere resolverlo con el apoyo de una asociación global.
Abdala II ratificó la intención de Jordania de preservar la naturaleza histórica y legal de Jerusalén y sus lugares sagrados islámicos, judíos y cristianos, bajo custodia hachemita.
Sobre la crisis socioeconómica en Líbano, dijo que la comunidad internacional debe contribuir para que la llamada nación de los cedros salga de la deteriorada situación actual.
‘Ayudar a los libaneses a salir de la crisis exige una respuesta internacional bien planificada y ejecutada y que involucre a todos’, subrayó.
El rey agregó que no puede olvidarse la acogida de millones de refugiados en Líbano, por lo cual, puntualizó, a ese país se le debe todo el apoyo posible.
‘Dejar a personas necesitadas, inocentes en peligro y conflictos sin resolver favorece a extremistas, que explotan la desesperación, la frustración y la ira que esas crisis dejan a su paso’, enfatizó.
Según el monarca jordano, pese a victorias en algunas batallas en la lucha contra el terrorismo, el extremismo sigue presente y para combatirlo ‘nuestra acción, colectiva y global, es esencial’.
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