Dijo que aunque el 92,6 por ciento de la población cubana no ha contraído la enfermedad, es necesario continuar reduciendo la tasa de incidencia, que en el caso de Villa Clara, por ejemplo, es de mil 168.11 por 100 mil habitantes.
Destacó el experto que se precisa impedir la reinfección en los más de 800 mil cubanos contagiados desde marzo de 2020 a la fecha con las diferentes sepas de la pandemia.
Orientó, asimismo, a aislar oportunamente a los nuevos casos confirmados con el virus SARS-CoV-2, y realizar un estricto y metódico seguimiento de todos los casos activos con la enfermedad, para advertir precozmente si aparecen señales de alarma y actuar con celeridad y acierto.
Indicó clasificar de manera correcta cada caso e ingresar acorde al riesgo, para asegurar el mejor y más oportuno tratamiento, lo que podría contribuir de forma decisiva a evitar el agravamiento.
Exhortó, además, a reiniciar el ciclo de vacunación de los sujetos que interrumpieron, por una u otra causa, el esquema iniciado, luego de una primera o segunda dosis de Abdala, siempre que no existan criterios de exclusión o aplazamiento.
Emplazó a aumentar la cobertura, resolutividad y sostenibilidad en la Atención Primaria de Salud (APS), con acciones diferenciadas en las áreas con mayores tasas de incidencia y riesgo de transmisión, así como el cumplimiento de las medidas higiénico – epidemiológicas y de los protocolos de actuación.
El doctor Aparicio convocó a prestarle especial atención a las vulnerabilidades, en poblaciones con grandes por cientos de adultos mayores, instituciones sociales (hogares de ancianos, centro psicopedagógico, hospital psiquiátrico), así como en trabajadores y estudiantes de salud que se desempeñan en las llamadas zonas rojas o de riesgo biológico.
Instó a reforzar las medidas sanitarias en la población urbana (77,1 por ciento del país), donde es mayor la velocidad de propagación, por las aglomeraciones, la percepción de riesgo más baja y la proximidad entre las personas.
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