“Si comparamos la situación de salud de 1998 con la de ahora se mejoró mucho, inclusive la mortalidad materna, la infantil, la organización de los servicios, se ve el trabajo”, declaró el profesional camagüeyano a Prensa Latina.
No solo por la parte de nosotros que hemos estado ayudando, sino también por la de Guatemala, son mejores las condiciones, hay mayor organización, acotó el galeno, quien en su primera misión radicó en el suroccidental departamento de Huehuetenango.
A raíz del huracán Mitch, entonces nada estaba preparado, fue algo emergente, al llegar nos dieron una mochila con lo mínimo necesario, una chaqueta para el frío, un estetoscopio y algunas cosas básicas, contó el doctor, oriundo del municipio de Sibanicú.
Tuvimos buena acogida, había un poco de curiosidad por todo el mundo, un grupo de personas fue ubicada en la selva, caminaban hasta seis horas para prestar la atención, rememoró Rodríguez, con experiencia luego en Venezuela, Islas Seychelles y Brasil.
Agregó que los lugares carecían de puestos de salud y nos dimos cuenta que estaba difícil la cosa, la mayoría no teníamos corriente en una montaña, cuando a veces había cero grados de temperatura, sin agua, andábamos cuatro horas para poder bañarnos.
Nos impactaron las enfermedades transmisibles, respiratorias, diarrea, parasitismo intestinal y sobre todo, en esas comunidades alejadas, complicaciones del parto, leishmaniasis, paludismo, detalló quien regresara a la tierra del quetzal hace dos años y medio.
En esta nueva etapa acá estuve en el puesto de salud del poblado Los Anonos, uno de los más difíciles de Jutiapa, pues existen muchas emergencias, partos y demás, describió el también padre de una estudiante de diseño industrial y uno de medicina.
Ahora me pasaron para un municipio más pequeño que está como más retirado, hago mi perfil, pero en todos estos lugares, algo que es una generalidad en esta nación, impacta mucho el contraste social, comentó Rodríguez.
Entonces –amplió- nosotros como siempre, estamos con los pobres, aunque ricos nos visitan, y de más está decir el reconocimiento sobre la medicina cubana, de su calidad humana y profesional.
Precisó que tuvo otras misiones, pero esta “ha sido un logro de la Revolución, veo que se ha concretado el objetivo inicial, hay más confianza en el personal, más apoyo”, aseveró a propósito del 25 aniversario de la brigada en Guatemala.
Siempre ha habido una gran amabilidad del pueblo, son gente muy, muy, calurosa, buena, acogedores, concluyó el doctor, quien agradece infinito a su esposa por la comprensión y la guía a sus hijos durante todos estos duros retos.
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