Kalibata, quien es científica y formuladora de políticas agrícolas de Ruanda y presidenta de la Alianza para una Revolución Verde en África, abogó en la cita por cambiar la forma en la que se producen y usan los alimentos para hacer frente a la emergencia climática.
Estudios revelan que los sistemas alimentarios son responsables del 70 por ciento del agua extraída de la naturaleza y generan hasta un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano.
Asimismo, la agricultura fue identificada como una amenaza para 24 mil de las 28 mil especies en riesgo de extinción, lo que representa más del 86 por ciento.
Representantes de diferentes países convergieron en esta Cumbre que echó a andar nuevas estrategias para crear sistemas alimentarios más saludables, sostenibles y equitativos mediante alianzas entre sectores económicos con agricultores, comunidades indígenas y actores de la cadena, desde la producción hasta la ingestión de la comida.
Líderes mundiales, científicos, empresarios, autoridades sanitarias, dirigentes de organismos internacionales, académicos, agricultores, pescadores, indígenas, jóvenes, consumidores y activistas ambientales se comprometieron a impulsar importantes transformaciones para poner fin al hambre y salvar al planeta.
El objetivo del encuentro, convocado en 2019 por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, fue diseñar medidas encaminadas a producir alimentos más asequibles para toda la gente con métodos menos dañinos para el medio ambiente.
La Cumbre sobre Sistemas Alimentarios sirvió de foro para exponer y poner en marcha políticas que impulsen el avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cada uno de los cuales depende hasta cierto punto de que se adopten mecanismos más equitativos.
Dichas estrategias parten de que un sistema alimentario abarca a todas las personas y procesos involucrados en el cultivo, la cría o la elaboración de alimentos y su ingestión final, desde los agricultores hasta los recolectores de frutas, los camiones refrigerados y las instalaciones de compostaje del vecindario, entre otros actores.
Las discusiones para desarrollar las medidas comenzaron hace un año y medio en 148 países y contaron con la participación de más de 100 mil personas de una amplia gama de la sociedad.
Según un informe de Naciones Unidas, en 2020 había 811 millones de personas desnutridas en el mundo, cifra que representa un aumento de 118 millones con respecto a 2019, en tanto el 17 por ciento de los alimentos se tiran a la basura.
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