En un comunicado emitido por la Cancillería, el Gobierno venezolano cuestionó las tergiversaciones en el discurso del mandatario guyanés, al tiempo que denunció la injerencia de transnacionales interesadas en el fracaso de las negociaciones bilaterales para dirimir la controversia.
El Ejecutivo bolivariano ratificó el apego al Acuerdo de Ginebra de 1966 para llegar a una solución negociada, y reiteró su rechazo a las acciones unilaterales emprendidas por Guyana ante la Corte Internacional de Justicia contra Venezuela.
Las autoridades de Caracas recordaron que este contencioso representa la triste herencia colonial y debe resolverse de manera pacífica, amistosa y mutuamente aceptable para ambas partes, como lo establece el Acuerdo de Ginebra en su preámbulo.
Venezuela enfatizó que en distintos comunicados, notas y comunicaciones entregadas a Guyana y al secretario general de la ONU, ha insistido en continuar las negociaciones de la manera más amplia posible.
Asimismo, el Gobierno venezolano instó a su contraparte a abandonar el camino unilateral de la Corte Internacional de Justicia, el cual calificó de contrario al espíritu y naturaleza del Acuerdo de 1966, único instrumento jurídico válido para dirimir esta controversia.
En reiteradas ocasiones, Venezuela rechazó la postura de Guyana de hacer valer el Laudo Arbitral de 1899, mediante el cual se otorgó el control de 159 mil kilómetros cuadrados de territorios al oeste del río Esequibo a favor de la entonces potencia colonialista del Reino Unido.
El Estado venezolano protestó el arbitraje por considerar que existieron vicios de nulidad en la decisión; sin embargo, no fue hasta 1962 que se lograron avances tangibles tras el hallazgo de documentos que comprometieron su legalidad.
La admisión de la demanda de Venezuela en la Organización de las Naciones Unidas conllevó a la firma del Acuerdo de Ginebra, el 17 de febrero de 1966, según el cual la región permanecería bajo el control de Guyana, que recibió su independencia ese mismo año.
Sin embargo, el tratado reconoció el reclamo venezolano de soberanía sobre el Esequibo y obligó a los estados firmantes a encontrar una solución concluyente, pacífica y honorable para ambas partes, por la vía de la negociación política.
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