Poco después, la gobernadora de Ramala, Laila Ghannam, recibió a Jarrar, de 58 años, y reconocida por su lucha en defensa de las mujeres y de los detenidos palestinos en prisiones israelíes.
Miembro de la directiva del FPLP, Jarrar fue elegida en 2006 para el parlamento palestino, y luego presidenta de la Comisión de Presos de ese órgano legislaltivo, además de participar en el grupo de trabajo encargado de presentar una denuncia contra el Estado israelí ante el Tribunal Penal Internacional.
En marzo último fue condenada por pertenecer a esa organización, pero fue liberada este domingo porque la mayor parte de su sentencia ya la había cumplido en el periodo previo al juicio.
Tel Aviv considera al FPLP un grupo terrorista, al igual que al resto de las formaciones palestinas que luchan contra la ocupación y en favor de la creación de un Estado nacional.
En julio último falleció de un paro cardíaco su hija Suha, de 30 años, pero las autoridades israelíes rechazaron otorgarle una licencia para asistir al funeral.
‘Fue un momento difícil. Pero sentí que su espíritu me acompañaba’, afirmó la militante palestina poco después de su liberación a los periodistas.
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