Sería deshonesto afirmar lo contrario, expresó el jefe del Pentágono al comparecer este martes junto a otros altos mandos militares en el Comité de Servicios Armados del Senado para aclarar posiciones sobre Afganistán y otros asuntos.
Según el testimonio de los generales Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, y Frank McKenzie, jefe del Comando Central, ellos aconsejaron mantener dos mil 500 soldados en el país centroasiático, una declaración contradictoria con las declaraciones públicas del presidente estadounidense, Joe Biden.
En opinión de McKenzie, la retirada total de Washington conduciría al colapso de las fuerzas y el gobierno afganos, mientras Milley coincidió en que para avanzar hacia un acuerdo de paz entre los talibanes y el gobierno afgano era necesaria la presencia militar estadounidense.
Legisladores republicanos aprovecharon esas afirmaciones para atacar al mandatario demócrata, quien en una entrevista a ABC News en agosto negó que sus principales comandantes militares le recomendaran mantener soldados en Afganistán.
Al respecto, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, tuiteó que permanecer en aquella nación habría intensificado el conflicto debido al acuerdo de la administración del expresidente Donald Trump (2017-2021) con los talibanes de retirarse.
Sobre la fecha del repliegue, que muchos recomendaron aplazar más allá del 31 de agosto, Milley dijo que la idea siempre fue respetar ese momento y apresurar la evacuación.
Asimismo, lamentó que la guerra de Afganistán no terminó de la manera que Estados Unidos deseaba y advirtió que los talibanes son aún una organización terrorista vinculada a Al Qaeda, por lo que consideró necesario proteger el territorio nacional de posibles amenazas.
La partida de los estadounidenses del territorio afgano concluyó dos décadas después del inicio de la supuesta cruzada contra el terrorismo, que se convirtió en la guerra más larga de la historia del país norteño y fue considerada un fracaso para las fuerzas militares norteamericanas.
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