Los manifestantes expresaban su rechazo a la anuencia sellada por la Compañía Nacional de Energía Eléctrica de Jordania mediante la cual importa gas natural desde los territorios palestinos ocupados.
‘No al acuerdo, Jordania no debería ser la puerta del enemigo para las exportaciones de gas y electricidad’, declaraban los participantes organizados por la llamada Campaña Nacional para Abolir el Acuerdo de Importación con el Régimen Sionista.
Para Muhamad al-Absi, uno de los activistas, el pacto signado hace cinco años es catastrófico, porque convierte al reino en un peón del régimen de Tel Aviv.
Con ese convenio, agregó, la entidad israelí dispondrá de una herramienta para el chantaje.
El Gobierno alega que el acuerdo satisfizo un interés económico nacional, pues permite ahorrar millones de dólares.
Jordania fue el segundo país árabe, después de Egipto, en establecer relaciones diplomáticas con Israel, tras un tratado de paz firmado en 1994, aunque la mayoría de los jordanos estuvo en contra de tales vínculos.
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