Al intervenir en el Consejo de Derechos Humanos, el economista estadounidense describió cómo esa enfermedad apenas afecta a los que están en el extremo superior de la economía mundial, mientras los de abajo sufren masivamente en lo que respecta a sus puestos de trabajo, su salud y la educación de los hijos.
‘El coronavirus no ha sido un virus de igualdad de oportunidades, destacó e insistió en que la mayoría de los de arriba han podido seguir adelante, continúan con sus trabajos en Zoom (software de videoconferencia para interactuar virtualmente cuando las reuniones en persona no son posibles) y sus ingresos casi sin interrupción’, comentó Stiglitz.
Sobre el tema de las vacunas contra la Covid-19, recordó al Consejo de Derechos Humanos que el acceso a las mismas es casi parte del derecho a la vida y aunque es muy fácil en Estados Unidos y otros países avanzados, deviene extraordinariamente difícil en las economías emergentes y casi imposible en la mayoría de los países en desarrollo.
Como derecho humano básico, no hay más importante que el de la vida, prosiguió, en tanto enfatizó en que el acceso a los medicamentos es un derecho humano fundamental violado hoy en día al no dar un acceso igualitario o incluso ninguno a la inmunización frente a esa enfermedad.
En otra discusión en el mismo foro, los Estados miembros escucharon que los niños indígenas y con discapacidades siguen especialmente afectados por la crisis de la Covid-19.
La subsecretaria general de Derechos Humanos, Ilze Brands Kehris, resaltó que las mujeres indígenas y los ancianos también son muy golpeados, y condenó cómo se exacerban las desigualdades al punto que muchos indígenas mueren por un acceso discriminatorio a la atención sanitaria de calidad.
Esto es muy preocupante dado el propósito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es no dejar a nadie atrás, aseguró.
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