A la última de esas dos instalaciones, ingresaron extremistas bajo la protección de las fuerzas del régimen de Tel Aviv con el pretexto de una celebración judía, dice la nota.
También permitieron provocaciones que obstruyeron labores del Departamento de Asuntos de Aqsa y Awqaf, administrado por el gobierno jordano.
El vocero Haitham Abu Al Foul exigió de Israel detener esas violaciones, respetar la condición histórica y legal y la sacralidad de la mezquita.
Abu Al Foul enfatizó que Al Aqsa, con su área total de 144 dunums (144 mil m2), es un lugar de culto solo para musulmanes, y cuya única autoridad para permitir acceso es el gobierno de Jordania, amparado por resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Las acciones del régimen israelí, apuntó, representan una clara violación del derecho internacional y de los compromisos contraídos por Tel Aviv como fuerza ocupante.
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