Según datos publicados por esa cartera, de las 3,3 millones de personas que recibieron la tercera inyección en esta nación levantina, apenas 19 informaron efectos secundarios graves.
Problema como fatiga, debilidad y dolor en el brazo donde recibió el pinchazo fueron menos comunes en todos los grupos de edad, subrayó.
La debilidad general se registró en 86,6 personas por millón en la tercera dosis, en comparación con 271,8 y 251,1 en la segunda y tercera, respectivamente.
Mientras, el dolor en el área de la vacuna afectó a 42,7 por millón en la tercera dosis, en comparación con 222,9 y 514,3 en las anteriores.
Una investigación del centro médico de Sheba, el más grande de Israel, reveló el pasado mes que los niveles de anticuerpos tras la inoculación de la tercera dosis son 10 veces más altos que los detectados después de la segunda.
No obstante, el hospital llamó a la precaución y explicó que continuaría la observación durante los próximos meses.
Otro estudio realizado por el Centro Médico Sourasky de Tel Aviv, y publicado en agosto, destacó que las personas inmunodeprimidas desarrollaron un 43 por ciento más de anticuerpos con la tercera dosis de la vacuna antiCovid-19 de Pfizer que con la segunda.
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