El portal Rede Brasil Atual indicó que Sao Paulo, sede de la acción nacional, deberá reunir a representantes de 21 partidos para simbolizar la unidad entre la izquierda democrática y la derecha liberal.
Además, participarán 10 centrales sindicales y un amplio abanico de movimientos sociales que conforman los frentes Brasil Popular y Povo Sem Medo (Pueblo Sin Miedo).
Para el coordinador de la Central de Movimientos Populares y de Brasil Popular, Raimundo Bonfim, la unión entre tendencias no significa que se hayan borrado las diferencias políticas, pero la suma de fuerzas es fundamental.
Resulta esencial, recalcó, ‘para presionar la apertura del proceso de impeachment (juicio político) contra Bolsonaro’. Es importante, en este momento, agrupar a estos dos campos, porque necesitamos 342 votos en la Cámara de Diputados para aprobar el juicio político, precisó a Brasil Atual.
Según el coordinador, el reto es atraer a las movilizaciones al casi 70 por ciento de los brasileños que desaprueban al Ejecutivo del mandatario de tendencia ultraderechista. Para Bonfim, el gobernante comete crímenes en serie y la larga lista incluye infracciones de responsabilidad y comunes.
También se incluyen delitos de lesa humanidad por las acciones de Bolsonaro durante la pandemia de Covid-19 (cobró cerca de 600 mil muertes) que investiga una comisión senatorial.
Los organizadores de los actos aseguraron que, bajo el lema Vacuna en el brazo, Comida en el plato y Fuera Bolsonaro, las protestas formarán parte de la continuación de grandes manifestaciones iniciadas el 29 de mayo.
Desde esa fecha se repitieron cada mes: 19 de junio, 3 de julio, 24 de julio, 18 de agosto y 7 de septiembre.
‘La amplia participación de varios partidos y personalidades políticas no hace más que demostrar lo que sentimos cada vez más en las calles y en las articulaciones de los últimos meses’, afirmó Juliana Donato, una de las líderes de las movilizaciones.
Señaló que el grado de insatisfacción con Bolsonaro y su gobierno, ‘que destruye los derechos sociales, ataca la democracia y el medio ambiente y solo aumenta el desempleo, el hambre, la miseria y la persecución de las comunidades, como los indígenas y los negros, resulta cada vez mayor y se traduce en la necesidad de destituirlo’.
Por lo anterior, remarcó, ‘la voz de las calles tiene que resonar cada vez más fuerte y Sao Paulo, este 2 de octubre, se convertirá en la capital nacional de la movilización por el impeachment de Bolsonaro’.
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