Solo la policía debe aplicar la ley a los civiles, afirmó en Twitter el diputado Ayman Odeh, líder de la Lista Conjunta, que agrupa a tres pequeños partidos de izquierda y árabes.
Odeh criticó el trato durante décadas a esa minoría por parte de los sucesivos gobiernos de Israel.
Policía para los judíos y el Shin Bet -nombre del servicio secreto- para los árabes, subrayó el también dirigente del partido Hadash.
En similar sentido se pronunció el legislador Sami Abou Shehadah, quien encabeza la formación Balad, integrante de la Lista Conjunta.
‘La mentalidad militarista que lleva al Ejecutivo a involucrar al ejército y al Shin Bet para hacer frente al crimen organizado en la sociedad árabe demuestra lo que siempre hemos dicho: el Estado de Israel trata a los ciudadanos árabes como una amenaza a la seguridad, no como civiles’, escribió en Twitter.
Ante la ola de críticas por su inacción, Bennett anunció este domingo la creación de un equipo para combatir la criminalidad en esa comunidad, y el uso de ambos estamentos militares.
Con la muerte ayer de un hombre en la norteña ciudad de Haifa, la cifra de árabes asesinados en Israel en 2021 alcanzó el centenar.
En medio de esa situación, la etiqueta #Arab_Lives_Matter ganó terreno en las redes sociales.
Los descendientes de los palestinos que no fueron expulsados de sus tierras tras la creación del Estado judío, en 1948, denuncian desde entonces que son tratados como ciudadanos de segunda.
En la actualidad suman 1,9 millones de personas que suponen casi un 21 por ciento del total de la población de este país.
La ONG Sikkuy asegura que una de las principales razones de las diferencias entre los ciudadanos árabes y judíos es la asignación desigual de los recursos estatales.
Sikkuy resaltó en su reporte anual 2020 que un 14,5 por ciento de las familias judías vive por debajo del umbral de la pobreza, mientras que entre las árabes el flagelo alcanza al 45,3 por ciento.
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