En el futuro, el éxito dependerá de muchas cosas, y los recursos y la reducción de las brechas financieras es una de las principales, afirmó el máximo representante del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
Aproximadamente tres mil millones de personas en todo el mundo no pueden pagar una dieta saludable y la pandemia de la Covid-19 empujó a 115 millones de personas a la pobreza extrema, precisó ese organismo.
Los más vulnerables son los habitantes de las zonas rurales en los países en desarrollo, que son contribuyentes fundamentales de los sistemas alimentarios, por lo cual lograr el compromiso mundial de erradicar el hambre para el desarrollo sostenible requiere un replanteamiento radical de cómo se les apoya, indicó Houngbo.
‘El éxito dependerá de que estas transformaciones sean inclusivas, especialmente para quienes cultivan, procesan y distribuyen nuestra comida. Los sistemas alimentarios tienen que funcionar para las personas que trabajan en ellos’, afirmó.
El FIDA pidió a los gobiernos y a las organizaciones financieras públicas y privadas que salgan de sus silos e innoven con el fin de aumentar los recursos disponibles para que los países respalden sus vías de desarrollo nacional.
Urge desarrollar planes para apoyar a los productores rurales y construir sistemas alimentarios sostenibles dentro de sus contextos individuales, con un vínculo entre las necesidades locales y las vías de desarrollo nacional y la coordinación internacional, mientras se implanten sistemas de financiamiento adaptados a las cambiantes realidades mundiales.
Un estudio apoyado por el FIDA en cuatro países africanos reveló que, incluso cuando se dispone de productos crediticios, en realidad estos tienden a ser inaccesibles para los pequeños agricultores.
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