La Comisión de Asuntos de Detenidos de la Autoridad Nacional Palestina precisa en un comunicado que los reclusos son sujetos a confinamiento solitario, tortura, interrogatorios frecuentes y se les niega el acceso a servicios esenciales.
‘Las autoridades de ocupación israelíes están aplicando un sistema de medidas y leyes arbitrarias para vengarse de los prisioneros’ por la fuga el pasado mes de seis de ellos, destaca.
Ante la situación, insta a los organismos internacionales de derechos humanos, en especial al Comité Internacional de la Cruz Roja, a intervenir de inmediato para visitar a los presos y brindarles protección.
El 6 de septiembre seis milicianos palestinos, cinco pertenecientes a la organización de Jihad Islámica y uno al movimiento Fatah, escaparon de la norteña cárcel de Gilboa, conocida como ‘La caja fuerte’ por su presunta inviolabilidad.
Tras el incidente, las autoridades de Tel Aviv lanzaron una masiva cacería que incluyó drones, helicópteros y perros en apoyo de la policía, el Shin Bet (agencia de seguridad interna), el ejército y unidades especiales.
Luego de una intensa persecución, tanto en Israel como en Cisjordania, todos fueron recapturados en diversas localidades.
La fuga conmocionó a Israel y desató una ola de solidaridad en la franja de Gaza y Cisjordania.
De forma paralela, el Servicio Penitenciario israelí comenzó a aplicar duras medidas a los miles de presos palestinos en sus cárceles, lo cual provocó protestas que incluyeron quema de celdas y amenazas de huelgas de hambre masivas.
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