No vamos a volver al modelo antiguo e ineficiente de bajos salarios, bajo crecimiento, baja calificación (de la mano de obra) y baja productividad, recalcó el gobernante conservador en la clausura de la conferencia anual de su partido en Manchester.
En su primer discurso en persona en este tipo de encuentros desde el inicio de la pandemia de la Covid-19, Johnson también criticó a sus antecesores conservadores en el cargo, a los que acusó de no tener el coraje suficiente para enfrentar los grandes problemas.
Tras décadas de divagaciones y vacilaciones, este Gobierno reformador, este Gobierno que implementó el Brexit, está llevando a cabo una campaña de vacunación (contra la Covid-19) y va a mejorar el sistema de atención social, remarcó.
Aunque admitió que las reformas llevarán tiempo y en algunos casos serán difíciles de implementar, el gobernante recalcó que tampoco se volverá al sistema de contratación de mano de obra extranjera, luego de que la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) el año pasado puso fin al libre movimiento de personas.
El discurso de Johnson, ovacionado por los delegados a la conferencia partidista, llega en momentos en que la falta de choferes para los camiones cisterna y de distribución de alimentos provocó el desabastecimiento de gasolineras y supermercados.
La escasez de carniceros también podría dejar a los británicos sin carne de cerdo para Navidad, mientras que el incremento en los precios del gas llevó a la quiebra a una docena de empresas proveedoras de electricidad y hace temer que los consumidores tendrán un invierno difícil.
En el plano internacional, Londres mantiene un diferendo con la UE por la aplicación del protocolo posBrexit para Irlanda del Norte, mientras los pescadores franceses amenazan con bloquear el Eurotúnel que comunica al continente europeo con el sur de Inglaterra por desacuerdos sobre las cuotas pesqueras.
En las primeras reacciones al discurso de Johnson, sus opositores y algunos líderes sindicales coincidieron en calificarlo de vacío y alejado de la realidad, mientras que el director general de la Confederación de Industrias Británicas, Tony Danker, aunque más comedido, consideró necesario que el primer ministro respalde sus palabras con acciones.
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