En declaraciones de la comisaria de la colección, Helen Little, la muestra agrupa ‘más de 100 pinturas, dibujos, grabados y fotografías que reflejan la carrera creativa de Hockney en los últimos 60 años’.
Procedente de la Galería Nacional de arte británico, la exhibición es una especie de viaje por los diferentes estilos del artista mediante el cual se aprecia su evolución constante década a década.
Al decir de Little, este desplazamiento por las definiciones del también fotógrafo a través de sus colecciones constituye uno de los elementos más especiales de la exposición que viajó antes a Seúl y Beijing.
Cuando comenzó su carrera, cultivó un arte abstracto con representaciones de cuerpos emergentes, pero ese abstractismo (…) se fue definiendo dando paso a una de sus grandes colecciones centrada en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, explicó.
Por ello, dijo, se puede asegurar que ‘Hockney es sinónimo de Los Ángeles, California y de sus famosísimos cuadros de piscinas y aspersores, de las casas modernistas y su fascinación por representar el agua y las superficies altamente reflectantes’.
La exposición visibiliza, además, la relación del pintor con las nuevas tecnologías, una de las características más relevantes de su creación, en especial las relacionadas con la digitalización del arte.
El espíritu de admiración por las formas y el propio paso de la naturaleza llega también con el paseo sensorial por intermedio de los cuadros que visibilizan la fascinación del autor por esta estación y su relación con los misterios del mundo.
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