Si bien descendió el número de personas sin acceso a una alimentación adecuada, las necesidades relacionadas con el hambre se mantienen un 55 por ciento por encima de los niveles prepandémicos, según el análisis de la agencia Associated Press.
De acuerdo con el estudio divulgado este martes, la distribución de los bancos de comida comenzó a bajar cuando las vacunas contra la Covid-19 estuvieron disponibles, aunque aún millones de familias dependen de esos sitios.
Las preocupaciones persisten mientras la variante delta del coronavirus SARS-CoV-2 impacta la economía y los estadounidenses sienten la necesidad de ampliar los beneficios por desempleo, dijo Katie Fitzgerald, directora de operaciones de Feeding America, la mayor organización nacional de ayuda contra el hambre.
El pasado mes de septiembre el Departamento de Agricultura (USDA) reveló que el hambre acrecentada por la pandemia de la Covid-19 y el desempleo es un problema para más de 38 millones de personas en Estados Unidos.
Organizaciones citadas por la cadena CNN señalaron recientemente que el problema no es peor porque la red del grupo de 200 bancos de alimentos y 60 mil despensas distribuyeron más de seis mil millones de comidas en 2020, un aumento del 44 por ciento respecto al año anterior.
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