La agencia nacional de desastres dijo que cuatro personas murieron en deslizamientos de tierra en la provincia montañosa sin salida al mar de Benguet, y otra se ahogó en la provincia costera de Cagayán.
Kompasu provocó una inundación repentina en una aldea en la provincia occidental de la isla de Palawan, que dejó cuatro fallecidos y el mismo número de desaparecidos.
Otras siete personas estaban desaparecidas en la isla de Luzón, la más poblada del archipiélago, donde cerca de mil 600 filipinos fueron evacuadas.
El oficial de información provincial de Cagayán, Rogelio Sending, señaló que 11 municipios se inundaron, pero el agua se estaba retirando esta mañana.
La tormenta tenía vientos máximos sostenidos de 100 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 125 mientras se alejaba del norte de Filipinas, dijo la oficina meteorológica.
Dentro de las próximas 36 horas, se pronostica que se intensificará gradualmente, pero es menos probable que alcance la categoría de tifón antes de tocar tierra en Hainan (China), agregó el parte.
El portavoz presidencial filipino, Harry Roque, expresó en un comunicado que se habían enviado rescatistas a las áreas afectadas.
Roque agregó que la Secretaría de Bienestar Social y Fomento disponía de paquetes de alimentos para 370 mil personas.
Filipinas se ve afectada por un promedio de 20 tormentas y tifones cada año, que suelen arrasar con las cosechas, los hogares y la infraestructura.
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