La Sociedad Palestina de Prisioneros anunció en un comunicado que casi todos son miembros del movimiento Jihad Islámica, aunque el resto de las facciones anunciaron su respaldo.
Precisó que la decisión de iniciar la huelga es parte de un programa de emergencia aprobado por los diversos grupos para denunciar y enfrentar las medidas de castigo implementadas por el Servicio Penitenciario de Israel (IPS).
Los 400 reclusos se encuentran en un ‘estado de confrontación y choque abierto’ con el IPS, explicó a la radio Al Aqsa el asesor de medio de la Comisión de Asuntos de Prisioneros y ExPrisioneros Palestinos, Hassan Abed Rabbo.
Tras el escape de seis reclusos palestinos de la prisión de máxima seguridad de Gilboa, el 6 de septiembre último, el IPS aplicó medidas drásticas contra el resto, en particular a los miembros de la Jihad Islámica, a la que pertenecían cinco de los fugitivos.
Las acciones incluyeron el confinamiento solitario de numerosos detenidos y restricciones al acceso de servicios como el comedor y la televisión. Pero fue la decisión de reubicar a los milicianos de esa formación lo que desató duras protestas.
En respuesta a las medidas israelíes, los presos prendieron fuego a celdas en las cárceles de Ramon, Ofer y Kzi’ot.
La fuga de los seis palestinos, recapturados poco después, fue celebrada de forma masiva en la franja de Gaza y Cisjordania.
En medio de esta situación, el Frente Popular para la Liberación de Palestina anunció que sus militantes presos se sumarán a la huelga de hambre de la Jihad Islámica.
Desde hace un tiempo prolongado seis palestinos están sin ingerir alimentos en centros penitenciarios israelíes: Kayed Fasfous (91 días), Muqdad Qawasmeh (84), Alaa Aaraj (67), Hesham Abu Hawwash (58), Rayeq Besharat (53) y Shadi Abu Akr (50).
El Comité Internacional de la Cruz Roja declaró recientemente que está seriamente preocupado por el deterioro de la salud de Fasfous y Qawasmeh y advirtió de las ‘consecuencias potencialmente irreversibles’ de una huelga de hambre tan prolongada.
mem/rob