‘Quiero privatizar Petrobras (…) veré con el equipo económico lo que podemos hacer’, declaró Bolsonaro durante una entrevista concedida a la radio evangélica Novas da Paz.
Señaló que ‘sería bueno que todos ayudaran a ahorrar combustible’ y que el precio en el mercado exterior es alto. ‘Si no pagamos, nos quedaremos sin combustible aquí’, vaticinó.
Tal confesión afloró en momentos en que se dispararon los valores de los inflamables, en particular los de la gasolina que trepó cerca del 40 por ciento en los últimos 12 meses.
‘Lo que pasa es que yo no puedo orientar mejor el precio del combustible, pero cuando aumenta, la culpa es mía. Aumenta el gas, la culpa es mía, pese a que yo suspendí el impuesto federal’, dijo el exmilitar, quien anteriormente rechazaba desestatificar Petrobras por su posición estratégica en la economía nacional.
El constante aumento del importe de los carburantes generó una crisis interna en la compañía y Bolsonaro acabó destituyendo a su presidente, Roberto Castello Branco, y colocó en su lugar al general de la reserva del Ejército Joaquim Silva e Luna.
Ante ruidos, acciones y gestiones de venta, el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva llamó en octubre al pueblo de Brasil a defender Petrobras, insignia de la autonomía energética nacional y abastecedora de recursos que garantizan derechos básicos de la población.
Recordó que la compañía de economía mixta tiene reconocimiento mundial en la prospección de petróleo en aguas profundas y actualmente, con su propia tecnología, puede extraer carburante desde una profundidad de siete mil metros.
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