La Corte Internacional de Justicia (ICJ, siglas en inglés) atribuyó días atrás a Somalia una zona marítima en litigio entre ambos estados de África oriental con probabilidades de albergar vastos recursos petroleros.
Kenya no está sorprendida por la decisión y está muy preocupada por sus implicaciones en la región del Cuerno de África y la ley internacional, dijo el mandatario keniano en una declaración que ocupa espacios destacados en la prensa.
La CIJ adoptó el fallo de manera unánime y, la víspera, el presidente somalí, Abdullahi Mohammed, la calificó de ‘oportunidad para la colaboración’ entre ambos estados vecinos.
En respuesta, el presidente keniano, además de rechazar la decisión advirtió que no la reconoce.
La crisis llega en un momento complejo para Somalia, país sumergido hace años en una cruenta guerra con el grupo armado islamista Al Shabab cuyos miembros reivindican la autoría de frecuentes atentados dinamiteros en Mogadiscio, la capital de ese país, y otras ciudades, y ataques contra su Ejército y la Misión de Estabilización de la Unión Africana (UA).
A principios de esta semana el gobierno somalí rechazó la formación de una fuerza de paz conjunta ONU-UA en la cual su Ejército participaría en condición de subordinado de los cascos azules internacionales.
El contingente reemplazaría al de la UA cuyo mandato expira el próximo 31 de diciembre y tiene el apoyo del Consejo de Paz y Seguridad de la agrupación continental basado en ‘la garantía de una financiación plurianual predecible y sostenible’, argumento descartado por el gobierno somalí.
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