Según el portal de noticias Rede Brasil Atual, lo anterior es el retrato de la inseguridad alimentaria que asola el gigante suramericano y que se agravó durante la pandemia de Covid-19. Movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales, partidos, políticos, artistas e internautas participaron en la campaña.
En los mensajes, señalan al gobierno del presidente Jair Bolsonaro como uno de los responsables del avance del hambre por la falta de políticas que garanticen una alimentación de calidad para los más pobres.
Por otro lado, también se apunta a la agroindustria como uno de los villanos, dado que la producción orientada a la exportación encarece los precios de los alimentos en el mercado interno.
Además de las protestas virtuales, las acciones simbólicas desencadenadas por los movimientos sociales en las cinco regiones del país denuncian asimismo el hambre.
En Brasilia, por ejemplo, miembros de Vía Campesina pintaron de rojo la sede de la Asociación Brasileña de Productores de Soja.
Las manifestaciones marcan además para el próximo sábado el Día Internacional de Acción por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos.
Según una encuesta realizada por la Red Brasileña de Investigación sobre Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, el 55 por ciento de la población brasileña (116,8 millones de 213 millones de habitantes) sufrió algún tipo de inseguridad alimentaria (grave, moderada o leve) a finales del año pasado.
Además, casi 20 millones de brasileños afirman que pasan períodos de 24 horas sin tener qué comer.
La pandemia agravó aún más la precaria situación. El desempleo avanza, los precios de los alimentos treparon y el hambre se disparó.
‘Algunos días… quiero llorar’, afirmó el conductor de un camión que se encarga de transportar despojos y huesos de animales desechados por los supermercados.
Señaló que ‘antes la gente venía y pedía un trozo de hueso para sus perros. En estos días mendigan huesos para comer’, lamentó.
Tal declaración se volvió viral junto a una serie de fotografías que muestran a brasileros indigentes hurgando en busca de sobras de comida en la parte trasera de un automotor.
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