Lo que primará a partir de este lunes es la presentación de la tarjeta de vacunación para acceder a lugares de uso público y al transporte, medida la cual desde su anuncio trajo no pocos detractores, máxime en momentos en que los contagios aumentan a pesar de tener más de cinco millones de personas inoculadas.
Sin dudas, lo establecido es un nuevo intento de las autoridades sanitarias por incentivar la vacunación de los ciudadanos y frenar la propagación del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, pues hay personas no inmunizadas o renuentes a hacerlo por temor al fármaco.
De acuerdo con la resolución oficial en el documento debe constar con por lo menos dos dosis de la vacuna, aunque el ministro de Salud, Daniel Rivera, aclaró que debe permitirse el acceso a los lugares a quienes recibieron la primera dosis en octubre.
Entre las organizaciones que apoyan la medida se encuentra el Consejo Nacional de la Empresa Privada, que consideró positiva la decisión, pues acelerará el retorno del país a la nueva normalidad.
Por su parte, dirigentes del gremio de los choferes mostraron su aprobación a la exigencia de la tarjeta de vacunas a todos los pasajeros, pero creen que el Estado no tiene la logística para hacerla cumplir.
Sin embargo, algunos sectores de la sociedad dominicana consideran que violenta los derechos humanos y viola la Constitución, de ahí que elevaran un recurso de amparo contra el Gobierno, el cual será conocido de urgencia mañana martes en el Tribunal Superior Administrativo.
E incluso grupos antivacunas llevaron su reclamo al Palacio Nacional para exigir al presidente, Luis Abinader, la revocación de las acciones contra los que no desean inyectarse.
Pero en lo que protestan y reclaman, es ya un hecho que los dominicanos tiene que andar con su tarjeta de vacunación en su vida diaria, medida no privativa de este país, es usual en el mundo en su lucha contra la Covid-19.
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