Recientes reportes de los colegas humanitarios de Naciones Unidas en el terreno muestran gran preocupación por las múltiples crisis que atraviesa la nación caribeña, entre ellas las secuelas del terremoto de agosto, indicó el vocero.
En todo el país, 4,3 millones de haitianos experimentan un alto nivel de inseguridad alimentaria, frente a los cuatro millones registrados en agosto del año pasado, añadió.
Por su parte, el representante residente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, que actualmente actúa como coordinador residente y humanitario en Haití, Fernando Hiraldo, apuntó que la violencia, los saqueos, cortes de carreteras y la presencia persistente de bandas armadas representan obstáculos para la asistencia humanitaria.
La situación se complica aún más por la grave escasez de combustible y el reducido suministro de bienes, detalló.
Además, indicó, que la creciente inseguridad no sólo dificulta la llegada de ayuda, sino que crea nuevas necesidades.
Desde junio pasado, la violencia de las pandillas en Puerto Príncipe ha desplazado al menos a 19 mil personas y ha afectado a más de 1,5 millones de mujeres, hombres y niños.
El viernes pasado, tras varias reuniones sin lograr llegar a un consenso, finalmente el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución que extiende nueve meses la misión de la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (Binuh, por sus siglas en inglés).
Además, ese documento pide al secretario general del organismo multilateral, António Guterres, que revise dicha misión para adecuarla a ‘los desafíos actuales’ del país y hacerle más efectiva.
Cumpliendo con una resolución del Consejo, en 2004 se instauró la Misión de Naciones Unidas de Estabilización en Haití (Minustah) con el fin de lidiar con el escenario de inestabilidad, violencia política, impunidad y proliferación de la delincuencia.
Después, en 2017 se estableció la Misión de Naciones Unidas para el Apoyo a la Justicia en Haití (Minujusth), que intentaba desarrollar un enfoque novedoso sobre el terreno, dirigido a fortalecer el estado de derecho.
Tanto la Minustah como la Minujusth recibieron numerosas críticas y uno de los temas que ocasionó gran polémica fue la introducción del cólera en 2010, por negligencia de algunos miembros de las fuerzas de mantenimiento de paz de la ONU.
En el mandato de la Minustah se registraron, además, varios reportes de abusos sexuales por parte de los cascos azules.
Finalmente en octubre de 2019, se creó la Binuh con la meta de asesorar al Gobierno sobre la manera de promover y fortalecer la estabilidad.
Pero tras el asesinato en julio pasado del presidente Jovenel Moise, la crisis multidimensional en Haití aumenta y crece la violencia e inseguridad promovida por bandas armadas.
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