Según la entidad, que se movilizó para que el Gobierno federal concediera asilo a las magistradas, hasta ahora arribaron al gigante suramericano 26 personas.
Este miércoles, siete juezas, procedentes de Turquía, Macedonia del Norte y Grecia, y que solicitaron refugio, fueron alojadas en la Escuela Superior de Defensa, organismo subordinado al Ministerio de Defensa.
La acción humanitaria está coordinada por los ministerios de Defensa y de Relaciones Exteriores, y por la Asociación de Magistrados Brasileños.
El grupo está compuesto por 26 afganos, entre adultos y niños, de siete familias. Recibirán clases de portugués, con profesores de la Universidad de Brasilia.
De acuerdo con Clara Motta, directora de la entidad, la llegada a Brasil es el inicio del proceso de acogida de las letradas, una vez que tienen el visado humanitario.
Luego, deben pedir asilo, lo que se hace a través del Comité Nacional para los Refugiados.
‘Creo que el proceso será rápido porque hay una predisposición del gobierno brasileño, de los organismos públicos y una clara situación de persecución en el país de origen’, indicó Motta.
Explicó que Brasil debe cumplir los términos de la convención internacional de 1951 sobre el derecho de los refugiados.
Desde agosto, cuando el grupo extremista retomó el control de ese país, las autoridades se movilizaron para ayudar a unas 270 magistradas que aún residen en territorio afgano y corren el riesgo de enfrentar acciones judiciales, posiblemente incluso por haber juzgado y condenado a miembros talibanes.
La Ajufe hizo un llamado al Ministerio de Relaciones Exteriores para que las profesionales afganas reciban visados humanitarios y sean acogidas en Brasil, además de dialogar con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
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