Bill Cooke, jefe de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA), la claridad en los cielos provocada por la luna llena harán más complicada su observación.
Cooke calificó al fenómeno como ‘una de las más hermosas lluvias del año’ debido a que salen de la constelación de Orión. La causa es su entorno: la lluvia está rodeada de las estrellas más brillantes del cielo y las agrupaciones de esferoides luminosos de Tauro y Géminis aportan como telón de fondo para el espectáculo.
Precisó la publicación que las bolas de fuego de las Oriónidas dejan corrientes de escombros incandescentes que duran varios minutos, y el humo resultante torcido por los vientos en la atmósfera superior adopta formas retorcidas más hermosas que los meteoros mismos.
Tienen su origen en el famoso cometa Halley. La Tierra pasa a través de una corriente de escombros polvorosos que provienen del cuerpo celeste y el cielo, antes del amanecer, puede iluminarse con un bello despliegue de estrellas fugaces.
Por otra parte, las próximas lluvias de estrellas serán la Leónidas que alcanzarán su máxima actividad en torno al 17 de noviembre, a solo dos días antes de la Luna llena, y en el caso de las Gemínidas será el 13 de diciembre, cuando el satélite natural se encuentre en esa fase muy crecida que llegará el plenilunio el día 19.
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