El magistrado Amit P. Mehta, de esta capital, concedió un habeas corpus a Asadullah Haroon Gul, uno de los 39 encarcelados en la instalación que ocupan los estadounidenses en contra de la voluntad de los cubanos.
La decisión marca un giro significativo respecto a los encarcelados en esa prisión, símbolo global de la tortura y los excesos de Estados Unidos después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, comentó el rotativo.
Los procesos judiciales a los detenidos en Guantánamo están llenos de irregularidades, a muchos prisioneros se les negó el derecho a un debido proceso y varios estuvieron encarcelados durante años sin cargos en su contra, como denuncian organizaciones de la sociedad civil.
El presidente estadounidense, Joe Biden, señaló que espera cerrar ese enclave militar, donde hubo cerca de 800 reclusos tras su apertura en 2002 durante el mandato de George W. Bush (2001-2009), pero ha avanzado poco en ese sentido.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, manifestó en julio pasado que no sabía cuándo podría ocurrir el cierre de ese centro, pero dijo que trabajan para transferir los detenidos, 11 de ellos imputados por crímenes de guerra, mientras los restantes permanecen sin cargos, tras casi 20 años de encierro.
Para La Habana, la instalación -que se convirtió según denuncias en un centro de torturas- está ubicada de manera ilegal hace más de un siglo en un área de 117,6 kilómetros cuadrados pertenecientes al territorio nacional cubano.
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