Citado por el diario The Jerusalen Post, Thabet Mardawi, un prisionero veterano de esa agrupación, advirtió sobre la intensificación de la lucha si Israel no cumple con las demandas de los reclusos.
La Jihad Islámica intenta que otras facciones palestinas se sumen a la huelga, apuntó otra fuente de esa formación. Aunque la Sociedad Palestina de Prisioneros cifró en unos 400 la cantidad de detenidos que dejaron de ingerir alimentos, la prensa israelí afirma que son unos 250.
El objetivo de la huelga es denunciar las medidas de castigo implementadas por el Servicio Penitenciario de Israel (IPS).
Tras el escape de seis reclusos palestinos de la prisión de máxima seguridad de Gilboa, el 6 de septiembre último, el IPS aplicó medidas drásticas contra el resto, en particular a los miembros de la Jihad Islámica, a la que pertenecían cinco de los fugitivos.
Las acciones incluyeron el confinamiento solitario de numerosos detenidos y restricciones al acceso de servicios como el comedor y la televisión. Pero fue la decisión de reubicar a los milicianos de esa formación lo que desató duras protestas.
En respuesta a las medidas israelíes, los presos prendieron fuego a celdas en las cárceles de Ramon, Ofer y Kzi’ot.
La fuga de los seis palestinos, recapturados poco después, fue celebrada de forma masiva en la franja de Gaza y Cisjordania.
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