Según el Instituto de Trasplantes del NYU Langone Health, el órgano del animal modificado genéticamente fue colocado a una mujer con muerte cerebral con previa autorización de sus familiares.
‘El gen que codifica el glicano conocido como alfa-gal, responsable de un rápido rechazo de los órganos porcinos por parte de los humanos, fue eliminado en el cerdo donante’, subraya el texto.
Además, la glándula del timo del cerdo, responsable de enseñar al sistema inmunitario, se trasplantó también para evitar nuevas respuestas inmunitarias al riñón porcino, precisa el estudio que será revisado por pares.
La persona fue conectada a un respirador durante 54 horas mientras se estudiaba la función y la aceptación del nuevo órgano.
El riñón se fijó a los vasos sanguíneos de la parte superior de la pierna, fuera del abdomen, y se cubrió con un escudo protector para la observación y la toma de muestras del tejido renal. La producción de orina y los niveles de creatinina, indicadores clave en el funcionamiento óptimo del riñon, fueron normales y equivalentes a lo que se observa en un trasplante de este órgano en humanos.
Durante todo el procedimiento y el periodo de observación posterior, no se detectaron signos de rechazo, aseguran los científicos.
Este proceder -en opinión de expertos – allana el camino del suministro sostenible de órganos para trasplantes y cambia la filosofía de que alguien muera para que otro viva.
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