El lunes y martes, el sindicato unificado de los transportistas convocó a un paro general, que ralentizó la mayoría de las actividades principalmente en la capital, además de otras ciudades.
Escuelas, pequeños negocios y empresas en zonas claves cerraron sus puertas durante dos jornadas consecutivas para reclamar al Gobierno que combata las pandillas, responsable de casi 800 secuestros en lo que va de año.
El más mediático incluyó a 17 misioneros de Estados Unidos y Canadá, muchos de los cuales visitaban el país por primera vez y fueron capturados en Ganthier, zona bajo la influencia de la banda 400 Mawozo.
En un video que circuló por las redes sociales el líder del grupo armado amenazó con asesinar a los rehenes si no recibe el pago de 17 millones de dólares.
Además de los sindicalistas, la Asociación de Conductores de Productos Petroleros también fue al paro desde el miércoles ‘para decir no al fenómeno de la inseguridad, en particular el secuestro, que pone a los ciudadanos fuera de toda libertad’.
Este sector es uno de los más golpeados por el poderío de las bandas armadas en zonas cruciales de Puerto Príncipe.
Varios de ellos fueron secuestrados junto con sus vehículos en las últimas semanas y los captores exigen cientos de miles de dólares por su liberación.
La huelga de este gremio cerró de facto las estaciones de servicio, incapaces de abastecerse, lo cual provocó manifestaciones de los choferes de taxi-motos que exigían la venta del combustible.
En Jeremie, en el extremo sur del país, estos movimientos dejaron varios heridos, de acuerdo con medios locales.
Haití vive una crisis con el combustible desde inicios de junio cuando los enfrentamientos entre las pandillas por el control de la salida sur de Puerto Príncipe limitaron el acceso a las terminales petroleras emplazadas en la zona.
El racionamiento causó que los precios se septuplicaran en el mercado informal donde un galón de gasolina puede costar a mil 500 gourdes (cerca de 15 dólares).
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