Según Mourão, quien dirige el Consejo Nacional de la Amazonia Legal, el país también ratificará en la COP-26, prevista para comenzar el domingo en Glasgow (Escocia), los objetivos asumidos internacionalmente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
‘En la COP26 reafirmaremos nuestras obligaciones determinadas, como reducir las emisiones de gases causantes del efecto invernadero en un 37 por ciento hasta 2025 y en un 43 hasta 2030, y la cuestión de la deforestación integral’, reiteró.
Precisó que la previsión era que la deforestación se redujera a cero en 2030, ‘pero sé que presentaremos metas más ambiciosas, bajando en dos o tres años el objetivo’.
Insistió en que ‘Brasil es apenas responsable por el 2,3 por ciento de las emisiones globales de efecto invernadero, la mayoría de ellas vinculadas al uso de la tierra, con lo cual si tenemos una meta más ambiciosa que sería muy bienvenida por la comunidad internacional’.
Reconoció que los organismos tienen dificultades para perseguir la deforestación y los crímenes ambientales por la la inmensa extensión de la selva amazónica.
De acuerdo con Mourao, existen esfuerzos del gobierno para preservar la Amazonia y mencionó que los índices de incendio se redujeron cerca de un 40 por ciento, ‘lo cual muestra que las acciones de las agencias ambientales y de las fuerzas de seguridad empiezan a dar resultado’.
Brasil enfrenta una intensa presión internacional, encabezada por Estados Unidos, para que frene la destrucción de la mayor selva tropical del mundo, la cual desempeña un papel clave en el cambio climático.
En una cumbre de líderes auspiciada en abril por Washington, el presidente Jair Bolsonaro afirmó que su país está abierto a la cooperación internacional y prometió que alcanzará neutralidad climática en 2050.
Para el Partido de los Trabajadores (PT), el exmilitar mintió de forma insolente en su discurso en el foro del clima.
‘Además de tener una política ecocida, Bolsonaro ahora miente al mundo’, afirmó el líder del PT en la Cámara de Diputados, Elvino Bohn Gass.
Recordó, por ejemplo, que en poco más de dos años el gobierno de Bolsonaro derogó o modificó 606 normas y ordenanzas, ‘destruyendo toda la base legal para la aplicación y castigo de los infractores’ ambientales.
La deforestación es la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en el gigante suramericano que contribuyen al calentamiento global y la preservación de la selva resulta absolutamente crucial para el mantenimiento de los procesos biológicos y climáticos que traen la lluvia a las regiones del medio oeste y el sudeste.
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