El enviado de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, Tor Wennesland, expresó en un comunicado difundido aquí su gran preocupación por la decisión del Gobierno de Tel Aviv.
Las colonias ‘son ilegales según el derecho internacional y un gran obstáculo para la paz’, resaltó.
El plan prevé edificar 729 unidades habitacionales en el asentamiento de Ariel, 346 en Beit El, 102 en Elkana, 90 en Geva Binyamin, 57 en Emanuel, 22 en Karnei Shomron y una en Beitar Illit.
En las últimas horas ministros, legisladores y diversos sectores de la sociedad civil israelí criticaron el anuncio realizado ayer.
Los dirigentes de los partidos Laborista, Merav Michaeli, y Meretz, Nitzan Horowitz, criticaron al jefe de Gobierno Naftali Bennett por la decisión adoptada, que no fue consultada con el resto de los miembros que integran la alianza en el poder.
Mientras, la diputada Aida Touma-Sliman advirtió en Twitter que ese nuevo plan profundiza la ocupación y la represión contra el pueblo palestino.
Por su parte, el legislador Mossi Raz, de Meretz, estimó que el actual Ejecutivo está más a la derecha que el anterior, encabezado por el ultranacionalista Benjamin Netanyahu.
En similar sentido se pronunció la ONG Paz Ahora al destacar que el ejecutivo de Bennett ‘no es un gobierno de cambio, sino un gobierno de derecha con esteroides’.
Según esa organización, fundada por exmilitares, en Cisjordania y Jerusalén oriental viven más de 665 mil colonos judíos, repartidos en 145 asentamientos y 140 puestos de avanzada para futuras colonias.
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