La pandemia de la Covid-19 ha ofrecido una instantánea de lo poco preparados que estamos para un evento tan perturbador, declaró en conferencia de prensa semanal el subdirector de esa entidad, Jarbas Barbosa.
Pero tenemos la oportunidad de aprovechar las lecciones de esa enfermedad para prevenir crisis futuras y fortalecer nuestra capacidad de responder a ellas cuando lleguen, señaló el doctor en abierta referencia a la próxima Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, llamada COP26.
Nos alienta que, por primera vez en la historia, la salud ocupe un lugar central en la cumbre prevista para Glasgow, Reino Unido, del 1 al 12 de noviembre, y esperamos que nuestros líderes aprovechen el momento, destacó la autoridad.
Antes de la COP26, recordó, la OPS lanzó una Agenda para las Américas sobre Salud, Medio Ambiente y Cambio Climático que ofrece a los países un plan de acción en aras de disminuir la carga de los riesgos ambientales sobre la salud de la región.
Enfatizó tres puntos de este propósito: la importancia de la colaboración, la inversión de los Estados en sus sistemas de salud y el sector como parte de la solución, subrayó Barbosa.
Nuestros sistemas de salud se verán desafiados por estas amenazas, y los mismos sistemas de salud tienen la responsabilidad principal de ‘no hacer daño’ y reducir su huella ambiental, reflexionó.
El cambio climático, alertó, provocó un incremento de las enfermedades provocadas por mosquitos como el Zika y el Chagas, mientras el dengue, que normalmente sigue un patrón estacional, se detecta fuera de su ciclo normal por el calentamiento atmosférico y estaciones húmedas prolongadas, remarcó.
Se espera que un niño de esta época experimente el doble de incendios forestales, casi tres veces más sequías e inundaciones y cerca de siete veces más olas de calor a lo largo de su vida en comparación con una persona nacida en 1960, concluyó el subdirector de la OPS.
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