Los militares de Ankara bombardearon con decenas de proyectiles de artillería y cohetes las localidades de Nubol, al-Zahraa, Hayan, Heraytan y Meneg, informaron activistas citados por el diario al-Watan.
Indicaron que decenas de viviendas sufrieron pérdidas materiales mientras varios pobladores resultaron heridos.
Estas acciones hostiles ocurren pocas horas después de manifestaciones populares en rechazo a las amenazas del ejército turco de lanzar una ofensiva en el norte de Siria.
Turquía reforzó durante los últimos días sus posiciones militares en esta nación con cientos de vehículos blindados y camiones cargados con equipos logísticos, municiones, armas y bloques de cemento.
El martes último, el Parlamento de Ankara extendió hasta octubre de 2023 el mandato que autoriza las operaciones de las fuerzas armadas en el norte de Iraq y Siria.
Fuentes militares afirmaron que el objetivo de estos refuerzos es fortificar las organizaciones terroristas antigubernamentales ante cualquier posible ofensiva del ejército sirio para liberar las zonas de Idlib que aún están bajo el yugo de los radicales.
El canciller de Siria, Faisal al-Mekdad, exigió recientemente al Gobierno turco sacar sus tropas que ocupan ilegalmente el territorio de la nación árabe y permitir la recuperación de las relaciones normales entre los dos países vecinos.
Denunció que los grupos armados que patrocina Ankara en el noroeste de Siria están clasificados como organizaciones terroristas según las regulaciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Turquía controla ilegalmente desde 2018 amplias zonas en el norte de Siria y mantiene 114 posiciones y puntos militares, que se distribuyen en cinco provincias: Alepo (56), Idlib (45), Raqa (nueve), Hasakeh (cuatro) y Latakia (dos).
En varias ocasiones, Damasco denunció esa presencia y la calificó de ocupación, además de asegurar que la misma impide la liberación completa de su territorio del terrorismo.
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