Más de un centenar de diseños inéditos conforman la selección, salvada y atesorada por el amigo del escritor checo Max Brod, quien huyó de los nazis con maletas cargadas de bocetos y manuscritos.
La publicación del texto corrió a cargo del sello español Galaxia Gutenberg, en conjunto con la editorial alemana C.H. Beck Verlag, la italiana Adelphi, la norteamericana Yale University Press, la francesa Cahiers Dessinés, la polaca Wydawnictwo Literackie y la holandesa Atheneum.
El proyecto abarca los primeros 41 dibujos difundidos en el libro Había una vez un gran dibujante. Franz Kafka como artista plástico, de Niels Bokhove y Marijke van Dorst (Utrecht, 2002), que se suman a 110 piezas.
Las obras guardan una estrecha relación con la escritura que distinguí a Kafka, a juicio de los expertos constituyen un reflejo de su tiempo, pues la primera mitad el siglo XX estuvo marcada por el movimiento expresionista, y con algunos tintes orientales, en espacial el arte japonés.
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