La situación regional e internacional ya no tolera el silencio sobre las prácticas del gobierno turco, que amenazan la paz y la seguridad en Siria, Oriente Medio y el mundo, dijo la Cancillería en una declaración oficial difundida por medios locales.
Instó al Consejo de Seguridad a asumir sus responsabilidades en virtud de los mandatos y poderes, y condenar todas las prácticas hostiles de Ankara contra la soberanía de Damasco.
Hay que poner límite a la violación turca de los principios y propósitos de la Carta de la ONU relacionados con el respeto a la soberanía de los Estados, la no injerencia en sus asuntos y abstenerse de cometer agresión y cumplir con los acuerdos bilaterales que regulan las relaciones entre los dos países, precisó la nota.
Pidió una indemnización al Estado sirio por todas las pérdidas ocasionadas por las prácticas de Turquía contra la población civil, la infraestructura y las propiedades públicas y privadas, y también por el saqueo de las riquezas naturales y el patrimonio cultural.
Por otro lado, el Ministerio sirio condenó enérgicamente la decisión emitida hace dos días por el Parlamento turco de prorrogar por dos años la autorización concedida al presidente Recep Tayyip Erdogan de enviar fuerzas militares a Iraq y Siria.
Ante la inacción de la comunidad internacional, Siria se reserva el derecho de repeler la agresión turca y liberar todo el territorio nacional, un derecho garantizado por las leyes internacionales, concluyó la misiva.
En declaraciones anteriores, el canciller de Siria, Faisal al-Mekdad, exigió al gobierno turco sacar sus tropas y permitir la recuperación de las relaciones normales entre los dos países vecinos. Denunció que los grupos armados que patrocina Ankara en el noroeste de Siria están clasificados como organizaciones terroristas, según las regulaciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Turquía controla ilegalmente desde 2018 amplias zonas en el norte de Siria y mantiene 114 posiciones y puntos militares que se distribuyen en cinco provincias: Alepo (56), Idlib (45), Raqa (nueve), Hasakeh (cuatro) y Latakia (dos).
En varias ocasiones, Damasco denunció esa presencia y la calificó de ocupación, además de asegurar que la misma impide la liberación completa de su territorio del terrorismo.
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