Datos publicados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) indicaron que esa cantidad financia la extracción de petróleo, electricidad generada por la quema de otros combustibles fósiles, gas y carbón, un monto que podría ayudar a las naciones menos desarrolladas a enfrentarse a la crisis climática.
Ese es precisamente uno de los puntos de la conferencia mundial sobre el clima (COP26) iniciada este domingo en Glasgow, Escocia, hasta el 12 de noviembre.
Un informe revelado por el PNUD planteó que la cantidad que se gasta directamente en esas contribuciones podría sufragar las vacunas contra la Covid-19 de todas las personas del planeta o financiar tres veces la cantidad anual necesaria para erradicar la pobreza extrema en el mundo.
Si se tienen en cuenta los costos indirectos, incluidos los relacionados con el medio ambiente, la cifra se eleva a casi seis billones (millón de millones) de dólares, según datos recientes del Fondo Monetario Internacional.
En cambio, el análisis del PNUD destacó que esos fondos, aportados por los contribuyentes, profundizan la desigualdad e impiden la acción para combatir el cambio climático.
«La pandemia de la Covid-19 ha dejado al descubierto aspectos obsoletos de la economía mundial. Entre ellos, el hecho de que el mundo siga gastando miles de millones de dólares en subsidios a los combustibles fósiles, mientras cientos de millones de personas viven en la pobreza y la crisis climática se acelera”, destacó ese programa de la ONU.
Para el economista principal la Dirección de Políticas y Apoyo del PNUD, George Gray, en los subsidios a los combustibles fósiles los hechos demuestran que la reforma es necesaria y, cuando se hace correctamente, ayuda a los pobres, crea empleo, protege el planeta y puede impulsar transiciones verdes y justas en todos los países.
El informe fue publicado antes de las reuniones del G20 y la COP26 este fin de semana y en un contexto de creciente reconocimiento de la necesidad de transformar las subvenciones a esos recursos por parte de los economistas y políticos, sobre lo cual secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres hizo un llamado a su favor.
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