Antes el ministro de Turismo, Tabaré Viera, esperó la fecha como “un gran día” para ver “una luz en el horizonte” luego de más de un año y medio de cierres y depresión en la industria sin chimeneas.
De momento solo deseó tener una gran temporada de verano austral y retomar las labores del sector, con una apuesta inmediata en las finales de las copas Suramericana y Libertadores en la segunda mitad de noviembre.
Pero el subsecretario de la cartera, Remo Monzeglio, dijo al Diario La República que desde el ministerio se ve con moderado optimismo esa perspectiva y enfatizó en privilegiar la seguridad sanitaria.
Los visitantes tendrán que contar con dos dosis de vacunas inmunizadoras reconocidas de un mínimo de 14 días de recibida la última, un PCR negativo dentro de las 72 horas antes de viajar y repetir el test siete después de permanecer en Uruguay.
Según el funcionario, los mencionados eventos deportivos serán “una prueba de fuego muy grande”, ya desde ahora con reservas hoteleras de hinchas brasileños de sus cuatro equipos en competencia, hasta en cuatro departamentos vecinos de Montevideo, la sede de los partidos.
Al propio tiempo autoridades médicas y científicas advirtieron que continúa la circulación de la variante delta del virus SARS CoV 2 y mostraron preocupación por un reciente aumento gradual de casos positivos después de meses de cifras bastantes buenas de control.
Por motivos sanitarios algunas compañías de cruceros suspendieron travesías, con destinos a puertos uruguayos lo que echó un balde agua fría a un prometedor filón turístico previo a la pandemia.
Si bien en Cerro Largo, fronterizo con Brasil, esperan reactivar el comercio libre de impuesto, para departamentos linderos con Argentina el panorama se vislumbra adverso.
En las intendencias Salto, con sus ofertas de aguas termales, Rio Negro y Paysandú con otros sitios de interés turísticos, la presencia tradicional de argentinos todavía es incierta por los altos precios del lado uruguayo.
A su vez la reanudación del tránsito entre las orillas del común río Uruguay no impedirá que uruguayos lo crucen masivamente para comprar con un 55 por ciento menos de costos por ventajoso cambio monetario.
Los intendentes concernidos consiguieron del Poder Ejecutivo del país algunas medidas para tratar de proteger el comercio, los servicios locales y los empleos.
Pero el economista Martín Vallcorba, exintegrante del Ministerio de Economía sostuvo que “por más que se señala que el objetivo es que estas medidas lleguen al bolsillo de la población, nada asegura que efectivamente ello suceda”.
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