La investigación asegura que el narcotráfico y el aumento de la deforestación, además de los conflictos por la tierra, son las principales razones de la escalada de violencia en la Amazonia Legal, un área que corresponde al 59 por ciento del territorio brasileño.
Abarca ocho estados del norte y noroeste del país (Acre, Amapá, Amazonas, Mato Grosso, Pará, Rondônia, Roraima y Tocantins) y parte de Maranhão.
Tal cifra de asesinatos supone casi 30 muertes por cada 100 mil habitantes, por encima de la media nacional que resulta de 23,9 por cada 100 mil.
Con mayores índices de violencia aparecen Amapá (41,7 muertes violentas por cada 100 mil habitantes), Acre (32,9) y Pará (32,5).
Para Renato Serio de Lima, presidente del fórum, la Amazonia brasileña es explotada por grandes grupos criminales nacionales e internacionales, que, con sus acciones, contribuyen en gran medida con la destrucción de la selva.
Alertó que «estos grupos mueven negocios diversificados, que van desde la venta ilegal de madera hasta la de minerales».
Pero, precisó, también invierten fuertemente en tierras y bienes raíces, así como «promueven el blanqueo de activos procedentes de delitos distintos al comercio de drogas y madera, como el tráfico de personas o de animales salvajes».
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