Durante los registros resultaron confiscados varios ordenadores y teléfonos aunque, hasta ahora, no se reportan detenidos, según la Fiscalía.
La acción, definida como una operación contra el terrorismo de extrema derecha, buscaba indicios de violencia o incitación a esta dentro de los miembros de las Fuerzas Armadas, de acuerdo con Radio Televisión Belga Francófona.
Los cuarteles están ubicados en la localidad de Florennes, en el sur del país, y en las ciudades de Sint-Truden y Oud-Heverlee, en el norte.
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