Las declaraciones de Borrell, quien cumple una breve visita al país, emergieron tras una reunión de casi dos horas con el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Carlos Alberto França.
En una declaración de prensa sin preguntas, el alto representante ponderó la propuesta del gobierno brasileño de eliminar la deforestación ilegal para 2028, dos años antes de la propuesta inicial, y el nuevo compromiso firmado en la cumbre climática de Glasgow, COP26, de dejar de emitir carbono a la atmósfera para 2050.
Resulta exactamente «el mismo propósito que tenemos en la Unión Europea. Compartimos el mismo nivel de ambición», señaló, pero estipuló el logro de los objetivos medioambientales a la firma del acuerdo entre los dos bloques económicos.
Apuntó que «estos elementos serán cruciales para el éxito del acuerdo UE-Mercosur».
Comunicó que trabajan «junto con nuestros socios del Mercosur para proporcionar las aclaraciones necesarias sobre nuestro compromiso compartido en este ámbito».
Al respecto, França aseguró que «una vez firmado, este acuerdo garantizará los más altos estándares de protección socio-ambiental, además de aportar beneficios socioeconómicos a ambas regiones».
Con las negociaciones se procura desbloquear el proceso de ratificación del acuerdo comercial UE-Mercosur, que llevó dos décadas de negociaciones, pero aún pendiente de entrar en vigor desde 2019.
Luego del encuentro con Francia, el visitante almorzó con el vicepresidente Hamilton Mourão y tenía prevista una breve plática (algunos califican de cortesía) con el presidente Jair Bolsonaro, así como otros compromisos y reuniones con autoridades.
Borrel arribó ayer a Sao Paulo, procedente de Perú, donde conversó con el gobernante Pedro Castillo.
La UE es el principal socio comercial, político y de inversiones en Latinoamérica, y el recorrido se enmarca en las pretensiones del alto representante europeo de robustecer las relaciones.
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