Por 59 votos a favor y 56 en contra, la Knesset (parlamento unicameral) respaldó la ley de egresos de 2022, tras una maratónica sesión iniciada ayer.
La aprobación de ambas legislaciones ayuda a apuntalar la estabilidad del Gobierno después de una larga crisis política debido a la imposibilidad de aprobar un presupuesto nacional durante más de tres años, destacó el diario electrónico The Times of Israel.
El plan de gastos de 609 mil millones de sequeles (194 mil millones de dólares) para 2021 fue el primer presupuesto sancionado desde mayo de 2018.
El de 2022 prevé egresos por valor de 573 mil millones de sequeles (unos 183 mil millones de dólares), que incluye fondos adicionales al Ejército para preparar un eventual ataque a las instalaciones nucleares iraníes.
Según las normas, la aprobación del primero era más urgente, pues de no recibir luz verde antes de 14 de noviembre habría provocado la disolución automática del parlamento y comicios anticipados.
El éxito de la coalición gobernante es una derrota para el ex primer ministro Benjamin Netanyahu, quien no pudo aprobar un nuevo presupuesto desde 2018, destacó el rotativo.
También fue un golpe para la oposición, encabezada por Netanyahu, que intentó por todos los medios sepultar ambos proyectos, resaltó.
Sancionar esas iniciativas fue una prueba clave para la coalición de ocho partidos del primer ministro Naftali Bennett, tanto para demostrar que la alianza ideológicamente dispar puede unirse en temas importantes como para evitar nuevas elecciones, apuntó.
La variopinta alianza gubernamental está integrada por agrupaciones de ultraderecha, centro, islamista, izquierda, todas unidas en su rechazo a la vuelta al poder de Netanyahu, quien dirigió el país durante 15 años, 12 de ellos de forma ininterrumpida.
La coalición tiene apenas 61 curules en la Knesset, por lo que cada voto fue decisivo para evitar la caída de Bennett, antiguo aliado de Netanyahu, con quien comparte posiciones ultranacionalistas.
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